De acuerdo con la Central de Abastos de Bucaramanga, Centroabastos, pese a las lluvias, el tomate río grande registró este martes un aumento del 35,29%, al descender su oferta procedente desde Abrego y Ocaña (Norte de Santander). En tan solo dos días (abril 3 a abril 5) la canastilla de 25 kilos de éste pasó de $17.000 a $23.000.
Lo contrario ocurre con productos como el pepino cohombro, que suma sus mayores índices de acopio en la región, por su ingreso desde Ocaña registra una reducción importante en precio, pues el bulto de 20 kilos pasó de $12.000 a $10.000 en los mismos dos días, contabilizando una variación de -16,67%.
Y pese a las lluvias, continúa el reducido abastecimiento de frijol verde desde la Provincia de García Rovira, lo que registra un alza de un 20%. El bulto de 50 kilos de este producto pasó de $150.000 a $180.000 en los últimos dos días.
“Si bien es cierto en este momento apenas inician las lluvias y todavía no se han elevado niveles de producción. Esperamos que en 20 días, máximo un mes, haya salida de cosechas aplazadas por fenómenos de El Niño, como el caso de la naranja, mandarina, guayaba pera y mora castilla”, afirmó el coordinador de Mercadeo y Gestión Ambiental de Centroabastos, Alfonso Peñaloza.
En la región se espera que con la lluvia municipios como Los Santos, Girón, Lebrija y Zapatoca se vean favorecidos para recuperar la producción.
Cautela, la recomendación de los expertos
Las lluvias que se han registrado por estos días son solo una muestra del debilitamiento del fenómeno de El Niño, lo que no significa que estas precipitaciones sean constantes.
La asociada e investigadora y meteoróloga del Centro Internacional de Agricultura Tropical, Diana Giraldo, advirtió a los agricultores para que no se confíen de las lluvias, pues aún continúa El Niño.
“Estamos pasando por un periodo de debilitamiento de El Niño, y esto favorece, pero no son lluvias con periodos normales. Por ello es importante que en cultivos transitorios como el frijol, no se hagan grandes inversiones, pues algunos agricultores se emocionan y siembran, y luego las condiciones vuelven a ser desfavorables”, precisó Giraldo.
Y es que para cultivos como el frijol se requiere 350 milímetros de agua, para que el producto se dé en un periodo de 90 a 120 días. Lo que implica que este cultivo consuma agua de manera regular y constante en todo su proceso.
Similar es el consumo de agua en cultivos de maíz, entre otros que se dan en la región, por lo que la investigadora recomienda “ser cautelosos” y hacer rotación con cultivos de menor requerimiento hídrico.
Este contenido ha sido publicado originalmente en Vanguardia.com
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